Himno a la Providencia Aclamad, justos, al Señor. Dad gracias al Señor con la cítara. Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. Tema al Señor la tierra entera, tiemblen ante él los habitantes del orbe, porque él lo dijo, y existió: él lo mandó y todo fue creado. El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres. Él modeló cada corazón y comprende sus acciones. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. . . . E