Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al Director. Sobre «La enfermedad». Sobre «La aflicción». Poema del ezrajita Hemán. Señor, Dios Salvador mío, día y noche grito en tu presencia; llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Estoy libre, pero camino entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas y en las sombras de muerte; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. (Pausa) Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar. Todo el día te estoy invocando, Señor, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? (Pausa) ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se