1 Canción de las subidas. En mi aflicción llamé al Señor, y él me respondió. 2 Líbrame, Señor, de los labios mentirosos, de la lengua traidora. 3 ¿Qué te va a dar o mandarte Dios, lengua traidora? 4 Flechas de arquero, afiladas con ascuas de retama. 5 ¡Ay de mí, desterrado en Masac, acampado en Cadar! 6 Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz. 7 Cuando yo digo: «Paz», ellos dicen: «Guerra». . . . Este salmo se cantaba en las peregrinaciones a Jerusalén, por las fiestas. Imaginemos a los peregrinos en marcha, quizás encarando algún tramo cuesta arriba, o quizás una recta amplia desde donde podían divisar, a lo lejos, la Ciudad Santa, encaramada sobre el monte Sion. En mi aflicción llamé al Señor y él me respondió . En nuestro camino por la vida hay tramos difíciles, tenemos batallas que librar y a menudo nos tenemos que enfrentar con la mentira, la calumnia o el malquerer de otros. El salmo también recoge una imprecación: ¿Qué te va a dar o mandarte Dios, le