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Mostrando entradas de abril 21, 2024

Salmo 38 (37)

Salmo de David. En memoria . Señor, no me corrijas con ira, no me castigues con cólera.   Tus flechas se me han clavado, tu mano pesa sobre mí.  No hay parte ilesa en mi carne a causa de tu furor; no tienen descanso mis huesos a causa de mis pecados. Mis culpas sobrepasan mi cabeza,  son un peso superior a mis fuerzas.  Tengo las espaldas ardiendo, no hay parte ilesa en mi carne;   estoy agotado, deshecho del todo;  rujo con más fuerza que un león.   Señor mío, todas mis ansias están en tu presencia,  no se te ocultan mis gemidos;   siento palpitar mi corazón,  me abandonan las fuerzas y me falta la luz de los ojos.   Mis amigos y compañeros se alejan de mí, mis parientes se quedan a distancia;   me tienden lazos los que atentan contra mí, los que desean mi daño me amenazan de muerte, todo el día murmuran traiciones. Pero yo, como un sordo, no oigo; como un mudo, no abro la boca;   soy como uno que no oye y no puede replicar. En ti, Señor, espero, y tú me escucharás, Seño