Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá. Mi alma está sedienta de ti, Señor Dios mío. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo. Mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene. Pero los que intentan quitarme la vida vayan a lo profundo de la tierra; sean pasados a filo de espada, sirvan de pasto a los chacales. Mas el rey se alegrará en Dios, el que jura por él se felicitará cuando tapen la boca a los mentirosos. . . . Sólo quien ama intensamente y se sabe amado puede pronunciar con sinceridad las palabras de
Al director. A Yedutún. Salmo de David. Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación; mi alcázar, no vacilaré. ¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre, todos juntos, para derribarlo como a una pared que cede o una tapia ruinosa? Sólo piensan en derribarlo de su altura y se complacen en la mentira: con la boca bendicen, con el corazón maldicen. Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón: Dios es nuestro refugio. Pausa . Los hijos de Adán no son más que un soplo, todos los hombres una apariencia: todos juntos en la balanza subirían más leves que un soplo. No confiéis en la opresión, no pongáis ilusiones en el robo: y aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón. Dios ha dicho una cosa y h