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Mostrando entradas de septiembre 5, 2024

Salmo 142 (141)

1Poema de David cuando estaba en la cueva. Oración.  2 A voz en grito clamo al Señor, a voz en grito suplico al Señor;  3 desahogo ante él mis afanes, expongo ante él mi angustia,  4 mientras me va faltando el aliento. Pero tú conoces mis senderos, y que en el camino por donde avanzo me han escondido una trampa. 5 Mira a la derecha, fíjate: nadie me hace caso; no tengo adónde huir, nadie mira por mi vida.  6 A ti grito, Señor; te digo: «Tú eres mi refugio y mi lote en el país de la vida».   7 Atiende a mis clamores, que estoy agotado; líbrame de mis perseguidores, que son más fuertes que yo.  8 Sácame de la prisión, y daré gracias a tu nombre: me rodearán los justos cuando me devuelvas tu favor. . . . Perseguido por el rey Saúl, David acabó refugiándose en las cuevas de Adulán con una banda de forajidos. Escondido en la gruta, reza al Señor. ¿En quién mejor desahogar su alma? En un plano espiritual, todos vivimos o hemos pasado por situaciones similares, de asfixia y