¡Aleluya! (Álef) Dichoso quien teme al Señor (Bet) y ama de corazón sus mandatos. (Guímel) Su linaje será poderoso en la tierra, (Dálet) la descendencia del justo será bendita. (He) En su casa habrá riquezas y abundancia, (Vau) su caridad dura por siempre. (Zain) En las tinieblas brilla como una luz (Jet) el que es justo, clemente y compasivo. (Tet) Dichoso el que se apiada y presta, (Yod) y administra rectamente sus asuntos, (Kaf) porque jamás vacilará. (Lámed) El recuerdo del justo será perpetuo. (Mem) No temerá las malas noticias, (Nun) su corazón está firme en el Señor. (Sámek) Su corazón está seguro, sin temor, (Ayin) hasta que vea derrotados a sus enemigos. (Pe) Reparte limosna a los pobres; (Sade) su caridad dura por siempre (Qof) y alzará la frente con dignidad. (Res) El malvado, al verlo, se irritará, (Sin) rechinará los dientes hasta consumirse. (Tau) La ambición del malvado fracasará. . . . En los versos de este nuevo