1Canción de las subidas. De David. ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! 2 Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. 3 Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. 4 Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; 5 en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. 6 Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, 7 haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios». 8 Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». 9 Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. . . . Las palabras de este salmo nos resultan muy familiares, pues son un cántico muy conocido que tradicionalmente ha resonado en nuestras iglesias. Es un salmo de alegría y de triunfo, que nos habla de un lugar, Jerusalén, como casa del Señor . Nos habla de justicia y, en el resto del salmo que no se lee, se habla también de la paz deseada para qu