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Mostrando entradas de julio 30, 2024

Salmo 113 (112)

¡Aleluya! Alabad, siervos del Señor,  alabad el nombre del Señor.  Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre:  de la salida del sol hasta su ocaso,  alabado sea el nombre del Señor.  El Señor se eleva sobre todos los pueblos,  su gloria sobre los cielos.  ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que habita en las alturas y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?  Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes,  los príncipes de su pueblo.  A la estéril le da un puesto en la casa,  como madre feliz de hijos. ¡Aleluya! . . .  En la religión del antiguo Israel y, después, en el Cristianismo, los pobres siempre han tenido un lugar especial. Podríamos decir que la atención al pobre, en nuestra fe, ya no sólo es un hecho ético y moral, sino un rasgo que nos acerca a Dios. En otras culturas también se atendía a los pobres, pero en ninguna otra se oyó antes que los pobres fueran los favoritos, amados de Dios . Israel fu