1Himno de David.
(Álef) Te ensalzaré, Dios
mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás.
2(Bet) Día tras
día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.
3(Guímel)
Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza;
4(Dálet) una
generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas.
5(He) Alaban
ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas;
6(Vau)
encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones;
7(Zain)
difunden la memoria de tu inmensa bondad, y aclaman tu justicia.
8(Jet) El Señor
es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
9(Tet) el Señor
es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.
10(Yod) Que
todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles.
11(Kaf) Que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas;
12(Lámed)
explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado.
13(Mem) Tu
reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.
(Nun) El Señor es fiel a
sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.
14(Sámek) El
Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. 1
5(Ayin) Los
ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo;
16(Pe) abres tú
la mano, y sacias de favores a todo viviente.
17(Sade) El
Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones.
18(Qof) Cerca
está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
19(Res)
Satisface los deseos de los que lo temen, escucha sus gritos, y los salva.
20(Sin) El
Señor guarda a los que lo aman, pero destruye a los malvados.
21(Tau)
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
. . .
Este bello salmo acróstico alaba a Dios en versos que
comienzan, cada uno, por una de las letras del alfabeto hebreo. Para los
judíos, las letras y las palabras tienen un valor, más allá de ser un símbolo
escrito que refleja un sonido. Cada letra tiene un significado, y cada palabra
es más que letras y sones.
Una palabra es aliento hecho voz, o voz hecha imagen. Tras
una palabra hay una bocanada de aliento divino sobre la tierra. Cada palabra es
acción, y cada acción es una palabra porque transmite un mensaje. Jesús dijo: Lo
que llena el corazón, rebosa en los labios. Así, las palabras transmitirán
y contendrán lo que deseamos.
Llenemos nuestras palabras de sentido, y de un sentido que
sea acción buena, creativa y edificante de un mundo justo, un mundo hermoso,
lleno de gracia y alegría.
¿Podemos entonar un cántico espontáneo a Dios, llenando de
gratitud y alabanza cada una de nuestras letras?
A Alabaré tu nombre siempre, Señor.
B Bendeciré tu nombre santo, cada día de mi vida.
G Grande es el Señor, inmensa su generosidad.
D De una generación a otra proclaman tus hazañas.
H Heroicas son tus gestas, maravillas de tu mano.
V Valiente guerrero eres, y yo canto tus proezas.
Z Zambulléndome en tu amor, proclamo tu bondad.
J Jamás te cansas de amar, tu gracia es eterna.
T Tú eres cariñoso, Señor, con toda tu creación.
Y Yo te doy gracias,
Señor, te bendigo con mi alma.
K ¡Qué gloriosas son tus obras!
L Largamente contaré tu historia de amor conmigo.
M Más allá del tiempo, tú gobiernas el universo.
N Nunca fallas en tus promesas, Padre fiel.
S Sostienes a los que caen, enderezas al que se dobla.
Y Yantar bueno das a todos los que confían en ti.
P Plenitud y abundancia das a todo viviente.
S Senderos de justicia son los que llevan a ti.
Q Que siempre te invoquemos, Señor, ven pronto.
R Rescátanos, Padre, ¡oye nuestros gritos de auxilio!
S Sálvanos y líbranos de los malvados.
T Todo viviente te alabe Señor, yo te cantaré siempre.
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