Los biblistas que han estudiado los salmos han intentado clasificarlos de muchas maneras. Por autores, por forma y estilo, por temática.
Los judíos ordenan los salmos en cinco grupos de treinta salmos cada uno. Asocian cada grupo con uno de los cinco libros de la Torá.
A los lectores de hoy, sin pretensiones académicas, quizás lo que más nos interese sea conocerlos por su temática y por los problemas o situaciones humanas que abordan.
Encontramos tres grandes grupos de salmos:
- Súplicas.
- Acción de gracias.
- Himnos de alabanza.
Pero toda clasificación corre el riesgo de ser inexacta: muchos salmos incluyen los tres aspectos, petición de auxilio, gratitud y alabanza a Dios.
Salmos de auxilio
Muchos salmos son peticiones de ayuda en un aprieto o situación angustiosa. El cantor se siente solo, abandonado, acosado por sus enemigos, despreciado, derrotado o enfermo. El suelo se hunde bajo sus pies y clama socorro a Dios. En estos salmos se invoca a Yahvé y se intenta atraer su compasión. Es el grupo más numeroso de salmos.
Salmos de gratitud
El salmista canta gozoso por un favor, ayuda o gracia recibida. Agradece a Dios su salvación y su bondad. Podemos tomar, por ejemplo: Salmo 18, Salmo 40, Salmo 118.
Salmos de alabanza
Son cánticos a la grandeza de Dios, a su bondad y a la maravilla de su creación. Estos salmos son muy poéticos y resuenan con la belleza del inicio del Génesis.
Los salmos del 113 al 118, llamados el Hallel (o Alabanza) son un grupo de alabanzas que se cantan en las grandes fiestas judías.
Los últimos cinco salmos, del 145 al 150, son una explosión de alabanzas que culmina el Salterio.
Salmos penitenciales
El orante se siente pecador, reconoce su culpa y pide perdón, esperando la compasión y la misericordia de Dios. El más célebre es el salmo 51 de David, cuando el profeta Natán lo visitó después de haberse unido aquel a Betsabé.
Leer el Salmo 51.
Salmos airados
Podríamos llamar así a aquellos salmos donde el autor, sintiéndose atacdo por todas partes, da rienda suelta a su corazón y pide el castigo de sus enemigos, clamando por su inocencia. Muchos salmos de súplica incluyen maldiciones o expresiones de ira y venganza. En este sentido, los salmos son muy sinceros y no disfrazan ni suavizan las fuertes emociones humanas.
Leer el Salmo 17.
Salmos reales
Asociados a la casa de David y a momentos cumbre del reinado, ensalzan al rey, recordando la alianza de Dios con su pueblo. Algunos hablan del mesianismo real, viendo al rey como representante de Dios, su mano viva en la tierra. Entre ellos destaca el salmo 45 sobre una boda real: el amor entre el rey y la reina es un símbolo del amor de Dios a su pueblo.
Leer el Salmo 45.
Salmos sapienciales
Estos salmos expresan la verdad de Dios. Algunos incluso adquieren tonos proféticos. Ensalzan al hombre justo que se apoya en Dios, brillando en las tinieblas y siguiendo una vida recta.
El Salmo 2 es un buen recordatorio para los tiempos que vivimos. Parece que el mundo está en manos de élites poderosas que manipulan a las gentes a su arbitrio y provocan toda clase de guerras, crisis y desgracias. Aunque la imagen de Yahvé en este salmo es terrible, nos recuerda que hay cosas que sólo están en su mano y que los magnates de la tierra no son dioses. La injusticia y el mal no quedarán sin castigo.
Leer el Salmo 2.
Salmos de subida
Cantados en las peregrinaciones, por el camino que subía a Jerusalén, estos salmos son propios de fiestas y algunos nos resultan muy populares.
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