Ir al contenido principal

Entradas

Salmo 150

  Aleluya. Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento;  2 alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.  3 Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras;  4 alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas;  5 alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. 6 Todo ser que alienta alabe al Señor. ¡Aleluya! . . . ¡Salmo final! Con redobles, arpas, cítaras y un aleluya que llega hasta las puertas del cielo. Se dice que la última palabra es la definitiva, la conclusiva, la más importante. Las últimas palabras de un hombre antes de morir, la última palabra de un discurso, de una canción, de un poema. El broche de oro. Las últimas palabras del salmo son de alabanza. Hay santos que dicen que la única oración que, en realidad, deberíamos pronunciar, es la alabanza. Hay teólogos que afirman que toda forma de oración, en el fondo, es una alabanza. La liturgia pasc...
Entradas recientes

Salmo 149

1Aleluya. Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;  2 que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. 3 Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras;  4 porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.  5 Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas:  6 con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos:  7 para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones,  8 sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro.  9 Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles. ¡Aleluya! . . .  Penúltimo salmo. El Aleluya resuena con más fuerza, acompañado de cítaras, tambores y danzas. Ya no sólo cantamos, danzamos ante Dios. Lo adoramos con la mente, con el corazón, con la voz y con el cuerpo. La invitación es al regocijo y la alegría completa. ¿Por qué?, podemos ...

Salmo 148

  1 Aleluya. Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto.  2 Alabadlo todos sus ángeles; alabadlo todos sus ejércitos.  3 Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes.  4 Alabadlo, espacios celestes y aguas que cuelgan en el cielo.  5 Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó, y existieron.  6 Les dio consistencia perpetua y una ley que no pasará.  7 Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar,  8 rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes,  9 montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros,  10 fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.  11 Reyes del orbe y todos los pueblos, príncipes y jueces del mundo,  12 los jóvenes y también las doncellas, los ancianos junto con los niños,  13 alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra;  14 él acrece el vigor de su pueblo. Alab...

Salmo 147 (146)

Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados. Alabad al Señor, que la música es buena;  nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén,  reúne a los deportados de Israel.      Él sana los corazones destrozados, venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas,  a cada una la llama por su nombre. Nuestro Señor es grande y poderoso,  su sabiduría no tiene medida. El Señor sostiene a los humildes,  humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción de gracias al Señor, tocad la cítara para nuestro Dios que cubre el cielo de nubes, preparando la lluvia sobre la tierra; que hace brotar hierba en los montes para los que sirven al hombre; que da su alimento al ganado y a las crías de cuervo que graznan. No aprecia el vigor de los cabellos, no estima los jarretes del hombre; el Señor aprecia a los que lo temen, que confían en su misericordia. ... Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios,...

Salmo 146 (145)

1 ¡Aleluya! Alaba, alma mía, al Señor:  2 alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista.  3 No confiéis en los príncipes,   seres de polvo que no pueden salvar;  4 exhalan el espíritu y vuelven al polvo, ese día perecen sus planes.  5 Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios,  6 que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente,  7 que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,  8 el Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos.  9 El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados.  10 El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. ¡Aleluya! . . . Este salmo de alabanza nos muestra por un lado cómo es Dios y, por otro, cómo podemos llegar a ser los h...

Salmo 145 (144)

1Himno de David. (Álef) Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás.  2 (Bet) Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.  3 (Guímel) Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza; 4 (Dálet) una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas.  5 (He) Alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas;  6 (Vau) encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones;  7 (Zain) difunden la memoria de tu inmensa bondad, y aclaman tu justicia. 8 (Jet) El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;  9 (Tet) el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.  10 (Yod) Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles.  11 (Kaf) Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas;  12 (Lámed) explicando tus hazañas a los hombres, l...

Salmo 144 (143)

1De David. Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea;  2 mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y refugio, que me somete los pueblos.  3 Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él? ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?  4 El hombre es igual que un soplo; sus días, una sombra que pasa.  5 Señor, inclina tu cielo y desciende; toca los montes, y echarán humo;  6 fulmina el rayo y dispérsalos; dispara tus saetas y desbarátalos.  7 Extiende la mano desde arriba: defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas, de la mano de los extranjeros,  8 cuya boca dice falsedades, cuya diestra jura en falso.  9 Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:  10 para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna.  11 Defiéndeme y líbrame de la mano de los extranjeros, cuya boca d...