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Mostrando entradas de mayo, 2024

Salmo 78 (77)

Poema de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; inclina el oído a las palabras de mi boca:   que voy a abrir mi boca a las sentencias, para que broten los enigmas del pasado.   L o que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron,   no lo ocultaremos a sus hijos, lo contaremos a la futura generación: las alabanzas del Señor, su poder,  las maravillas que realizó;   porque él estableció una norma para Jacob, dio una ley a Israel.  Él mandó a nuestros padres que lo enseñaran a sus hijos,   p ara que lo supiera la generación siguiente, los hijos que nacieran después.  Q ue surjan y lo cuenten a sus hijos, para que pongan en Dios su confianza y no olviden las acciones de Dios, sino que guarden sus mandamientos;   para que no imiten a sus padres, generación rebelde y pertinaz; generación de corazón inconstante, de espíritu infiel a Dios.   ... Dio orden a las altas nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ...

Salmo 77 (76)

Al Director. A Yedutún. Salmo de Asaf.   Alzo mi voz a Dios gritando, alzo mi voz a Dios para que me oiga.   En mi angustia busco a Dios; de noche extiendo las manos sin descanso, y mi alma rehúsa el consuelo.   Cuando me acuerdo de Dios, gimo, y meditando me siento desfallecer. (Pausa)   Sujetas los párpados de mis ojos, y la agitación no me deja hablar.   Repaso los días antiguos, recuerdo los años remotos;   de noche lo pienso en mis adentros, y meditándolo me pregunto:   «¿Es que el Señor nos rechaza para siempre | y ya no volverá a favorecernos?   ¿Se ha agotado ya su misericordia, se ha terminado para siempre su promesa?   ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad, o la cólera cierra sus entrañas?». (Pausa)   Y me digo: «¡Qué pena la mía! ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!».   Recuerdo las proezas del Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos,   medito todas tus obras y considero tus hazañas.   Dios...

Salmo 76 (75)

Al Director. Para instrumentos de cuerda.  Salmo de Asaf. Cántico. Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel;   su tabernáculo está en Salén,   su morada en Sión:   allí quebró los relámpagos del arco, el escudo, la espada y la guerra. (Pausa)   Tú eres deslumbrante, magnífico, con montones de botín conquistados.   Fueron despojados los valientes que dormían su sueño,   y a los guerreros no les responden sus brazos.   Con un bramido, oh Dios de Jacob, inmovilizaste carros y caballos.   Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira?   Desde el cielo proclamas la sentencia: la tierra teme sobrecogida   cuando Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra . (Pausa)   La cólera humana tendrá que alabarte, los que sobrevivan al castigo harán fiesta en tu honor.   Haced votos al Señor y cumplidlos, y traigan los vasallos tributo al Temible:  él deja sin ...

Salmo 75 (74)

Al Director. «No destruyas». Salmo de Asaf. Cántico .   Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, invocando tu nombre, contando tus maravillas.   «Cuando elija la ocasión,   yo juzgaré rectamente.  Aunque tiemble la tierra con sus habitantes, yo he afianzado sus columnas». (Pausa)   Digo a los jactanciosos: «No os jactéis»; a los malvados: «No alcéis la testuz,   no alcéis la testuz contra el cielo»,  no digáis insolencias contra la Roca.   Ni del oriente ni del occidente, ni del desierto ni de los montes,   solo Dios gobierna: a uno humilla, a otro ensalza.   El Señor tiene una copa en la mano,  un vaso lleno de vino drogado: lo da a beber hasta las heces a todos los malvados de la tierra.   Pero yo siempre proclamaré su grandeza, y tañeré para el Dios de Jacob:   derribaré el poder de los malvados, y se alzará el poder del justo. . . . Muchos salmos de Asaf parten de una situación real: el pueblo de Is...

Salmo 74 (73)

Poema de Asaf ¿Por qué, oh Dios, nos rechazas para siempre y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?   Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo, de la tribu que rescataste para posesión tuya, del monte Sión donde pusiste tu morada.   Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio; el enemigo ha arrasado del todo el santuario.   Rugían los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus propios estandartes.   Como quien se abre paso entre la espesa arboleda,   todos juntos derribaron sus puertas, las abatieron con hachas y mazas.   Prendieron fuego a tu santuario, derribaron y profanaron la morada de tu nombre.   Pensaban: «Acabaremos con ellos», e incendiaron los templos de Dios en el país.   Ya no vemos nuestros signos, ni hay profeta: nadie entre nosotros sabe hasta cuándo.   ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos va a afrentar el enemigo?   ¿No cesará de despreciar tu nombre el adversario?   ¿Por q...

Salmo 73 (72)

Salmo de Asaf. ¡Qué bueno es Dios para el justo, Dios para los limpios de corazón!   Pero yo por poco doy un mal paso,  casi resbalaron mis pisadas:   porque envidiaba a los perversos, viendo prosperar a los malvados.   Para ellos no hay sinsabores, están sanos y orondos;  no pasan las fatigas humanas, ni sufren como los demás.  Por eso su collar es el orgullo, y los cubre un vestido de violencia;   de las carnes les rezuma la maldad,  el corazón les rebosa de malas ideas.   Insultan y hablan mal, y desde lo alto amenazan con la opresión.   Su boca se atreve con el cielo.  Y su lengua recorre la tierra.   Por eso se sientan en lo alto y las aguas no los alcanzan.   Ellos dicen: «¿Es que Dios lo va a saber, se va a enterar el Altísimo?».   Así son los malvados: siempre seguros, acumulan riquezas.   Y dije: ¿para qué he limpiado yo mi corazón y he lavado en la inocencia mis manos?   ¿Para qué aguanto y...

Salmo 72 (71)

De Salomón . Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes,   para que rija a tu pueblo con justicia,  a tus humildes con rectitud.   Que los montes traigan paz, y los collados justicia;  defienda a los humildes del pueblo,  socorra a los hijos del pobre y quebrante al explotador.   Dure tanto como el sol, como la luna, de edad en edad.   Baje como lluvia sobre el césped, como llovizna que empapa la tierra.   En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna;   domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.   En su presencia se inclinen las tribus del desierto; sus enemigos muerdan el polvo;   los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo. Los reyes de Saba y de Arabia  le ofrezcan sus dones;   póstrense ante él todos los reyes,  y sírvanle todos los pueblos.   Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector;   él se apiadará d...

Salmo 71 (70)

A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre.  Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,  inclina a mí tu oído y sálvame.   Sé tú mi roca de refugio,  el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa,  del puño criminal y violento.   Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti,  en el seno tú me sostenías, siempre he confiado en ti. Muchos me miraban como a un milagro, porque tú eres mi fuerte refugio.   L lena estaba mi boca de tu alabanza  y de tu gloria todo el día.   No me rechaces ahora en la vejez;  me van faltando las fuerzas, no me abandones.   Porque mis enemigos hablan de mí, los que acechan mi vida celebran consejo;   dicen: «Dios lo ha abandonado;  perseguidlo, agarradlo, que nadie lo defiende».   Dios mío, no te quedes a distancia;  Dios mío, v...

Salmo 70 (69)

Al Director. De David . En conmemoración.   Dios mío, ven en mi auxilio;  Señor, date prisa en socorrerme.   Sufran una derrota ignominiosa los que me persiguen a muerte;  vuelvan la espalda afrentados los que traman mi daño.   Retírense avergonzados los que se ríen de mí.  A légrense y gocen contigo todos los que te buscan;  y digan siempre: «Dios es grande», los que desean tu salvación. Yo soy pobre y desgraciado: oh Dios, socórreme,  que tú eres mi auxilio y mi liberación. ¡Señor, no tardes! . . .  Señor, ¡no tardes! Cuando nos sentimos en aprietos y sabemos que alguien nos quiere hacer daño, cuando el mal nos acosa, tenemos varias opciones: resistir, desesperarnos o atacar. El salmista siempre nos ofrece una vía diferente: confiar en Dios . Pero no es una confianza ciega ni resignada. Nadie confía en alguien que no conoce, o del que no tiene pruebas de que merece confianza. Una oración es una flecha lanzada al cielo: siempre ha...

Salmo 69 (68)

Al Director. Sobre «Los lirios». De David.   Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello:   me estoy hundiendo en un cieno profundo  y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua,  me arrastra la corriente.   Estoy agotado de gritar,  tengo ronca la garganta; se me nublan los ojos de tanto aguardar a mi Dios.   Más que los pelos de mi cabeza  son los que me odian sin razón; numerosos los que me atacan injustamente. ¿Es que voy a devolver lo que no he robado? Dios mío, tú conoces mi ignorancia, no se te ocultan mis delitos.   Que por mi causa no queden defraudados  los que esperan en ti, Señor, Señor del universo.  Que por mi causa no se avergüencen  los que te buscan, Dios de Israel. Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño entre mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me devora el celo de tu templo y las afrentas con que te afrentan caen sob...

Salmo 68 (67)

Preparaste, oh Dios, casa para los pobres. Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios rebosando alegría. Cantad a Dios, tocad en su honor, su nombre es el Señor. Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra extenuada, y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad preparó para los pobres. . . .  Este salmo expresa alto y claro una reivindicación a favor de los pobres y desfavorecidos. Y no es el ser humano, sino el mismo Dios quien se pone de parte de ellos. ¿Dónde está Dios?, preguntan muchos hoy. La respuesta bien podría ser: está con aquellos que sufren. Con la viuda que llora, con el niño huérfano, con los pobres. Está en los campos de refugiados, en las trincheras polvorientas, en los inmensos cenagales de chabolas y miseria que crecen alrededor de las urbes de buena parte del mundo...

Salmo 67 (66)

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. . . . En un mundo hipercomunicado, como este en que vivimos, parece que una de las formas preferidas de diálogo es la crítica , el comadreo y sacar a relucir las miserias y trapos sucios de los demás. En las calles, en las comunidades vecinales y parroquiales, entre amigos, en los platós de televisión, en las redes sociales... en todas partes reinan los murmullos y las acusaciones. El mal-decir se ha convertido en un hábito fuertemente arraigado. Y el salmo de hoy, justamente, nos habla de todo lo contrario. El salmo nos habla del bien-decir: de la alabanza, la bendición....

Salmo 66 (65)

Al director. Cántico. Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre; cantad himnos a su gloria; decid a Dios: ¡Qué temibles son tus obras! Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente. Sus ojos vigilan a los pueblos para que no se subleven los rebeldes.  Pausa .  Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies.  Oh, Dios, nos pusiste a prueba, nos empujaste a la trampa, nos echaste a cuestas un fardo: sobre nuestro cuello cabalgaban los mortales; pasamos por fuego y agua, pero nos has dado respiro.  Entraré en tu casa con víctimas y cumpliré mis votos: los que pronunciaron mis labios y prometió mi boca en peli...

Salmo 65 (64)

Al director. Salmo de David. Cántico. Oh, Dios, tú mereces un himno en Sion  y a ti se te cumplen los votos en Jerusalén, porque tú escuchas las súplicas.  A ti acude todo mortal a causa de sus culpas. Nuestros delitos nos abruman, pero tú los perdonas. Dichoso el que tú eliges y acercas para que viva en tus atrios: que nos saciemos de los bienes de tu casa, de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes, Dios, salvador nuestro; tú, esperanza del confín de la tierra y del océano remoto. Tú que afianzas los montes con tu fuerza, ceñido de poder, tú que reprimes el estruendo del mar, el rumor e las olas y el tumulto de los pueblos.  Los habitantes del extremo del orbe se sobrecogen ante tus signos y las puertas de la aurora y del ocaso las llenas de júbilo. Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales. Riegas los surcos, igualas los terrones,  tu llovizna los ...

Salmo 64 (63)

Al Director. Salmo de David.   Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento, protege mi vida del terrible enemigo;   escóndeme de la conjura de los perversos y del motín de los malhechores. Afilan sus lenguas como espadas y disparan como flechas palabras venenosas,   para herir a escondidas al inocente, para herirlo por sorpresa y sin riesgo.   Se animan al delito, calculan cómo esconder trampas, y dicen: «¿Quién lo descubrirá?».   Inventan maldades y llevan a cabo sus proyectos criminales: su mente y su corazón son un abismo. Pero Dios los acribilla a flechazos, por sorpresa los cubre de heridas;   su misma lengua los lleva a la ruina, y los que los ven menean la cabeza.   Todo el mundo se atemoriza, proclama la obra de Dios y medita sus acciones.   El justo se alegra con el Señor, se refugia en él, y se felicitan los rectos de corazón. . . . En las novelas o en el cine, cuando el héroe sufre toda clase de vicisitudes y ataques de los m...

Salmo 63 (62)

Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá. Mi alma está sedienta de ti, Señor Dios mío. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo. Mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene.  Pero los que intentan quitarme la vida vayan a lo profundo de la tierra; sean pasados a filo de espada, sirvan de pasto a los chacales. Mas el rey se alegrará en Dios, el que jura por él se felicitará cuando tapen la boca a los mentirosos. . . .  Sólo quien ama intensamente y se sabe amado puede pronunciar con sinceridad las pal...